Bobo seria si no me diera cuenta que la solicitud de Don Alfredo Pérez Rubalcaba, mas conocido como “Rubalcabal” , de que le llamen Alfredo mas que de reinvento de un hombre humilde tiene mucho de invento de un publicista de su campaña electoral. Porque lo primero que se establece cuando se comienza una campaña de publicidad es precisamente el nombre del producto a publicitar y claro esta en política sucede lo mismo que en la publicidad comercial, hay que vender un político y como la gente lo recuerde en su subconsciente es fundamental.
Basta recordar que cuando se comenzó el lanzamiento del producto electoral José Luis Rodríguez Zapatero, lo primero que se hizo fue llamarle “ZP” acrónimo del eslogan “Zapatero Presidente” , cuando en realidad debería de ser “RP” esto es “Rodríguez Presidente” , pero claro esta un vulgar “Rodríguez” , no sonaba también como un “Zapatero” , así como si fuera un vulgar artista de varieté se le puso el nombre artístico de “Zapatero” , bueno el supongo que dirá que este es su nombre de guerra politico, porque queda mas justificado.
Basar la campaña electoral en un nombre vendible es pues un axioma de la publicidad electoral, porque en este caso, el candidato Don Alfredo Pérez tiene mala reputación como “Rubalcaba” , así que llegara un momento en que parecerá que el intrigante Rubalcaba habrá muerto y desparecido, y como ave Fenix renacerá el afable “ Alfredo, el amigo de todos” . Cosas de la publicidad.
Bregar con una denominación o apodo suelte ser causa de aflicción en muchas gentes, aunque este no sea el caso, hay gente que sufre a veces de forma injusta ciertos apellidos, sin quitárselos muchas veces por no saber que eso ahora puede hacerse con una visita al registro civil y montón de tramites. Ahora recuerdo el caso, por cierto injusto, de la familia Guillotin , cuyo antepasado José Ignacio tubo la ocurrencia de recomendar una maquina de corta la cabeza para hacer mas llevadera la tarea de matar a la gente durante la época de la revolución francesa. Tubo existo en su recomendación y la maquina se hizo y el populacho la llamo “guillotin” . Así que años después cuando la atribulada familia de José Ignacio quiso que el nombre de su apellido fuera quitado a la macabra maquina y así lo rogo, supongo en atento escrito, al gobierno francés, solo obtuvo que este les concediera la posibilidad de que pudieran ellos cambiar de apellido.
Baza importante es pues para el ínclito “Rubalcabar” quitar del medio su apellido ligado a mil y una fechorías políticas. Así que el ahora es “Alfredo” y mas tarde y si le dejan será “Alfredo, el Grande” como aquel rey ingles, que también fue además santo. Con el cual por cierto guarda cierto parecido físico.
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