Hay ocasiones en las que se dice aquello de a grandes males, grandes remedios, lo cual significa que los problemas de gran envergadura requieren soluciones acordes (es decir, soluciones drásticas o grandes soluciones). Pero a veces esas soluciones o remedios al problema son peores que el problema en sí.
Con el tema de Libia, país donde mandaba el sodomizado Gadafi mucho me temo que va a pasar algo similar. La OTAN, que recuerdo es una alianza militar europea fue la continuadora de una guerra que iniciaron, como no, los norteamericanos, que se fueron en cuanto sus ciudadanos empezaron a criticar el que se ayudaran a los rebeldes libios que eran islamistas integrales. El “marrón” los norteamericanos se lo dejaron a la OTAN, que se paga con nuestros impuestos y en donde dos mujeres, la señorita Trini, que decía Alfonso Guerra, y la señora Carme, estaban al mando en la parte española de las intervenciones, la una en relaciones exteriores y la otra en defensa.
Pues bien han ganado los rebeldes y lo primero que hacen es restaurar la ley islámica, que casualmente habían abolido los Gadafi. Así que ahora donde no había islamismo radical este se impone mediante la implantación de la Sharía y eso supone la implantación de un código detallado de conducta, en el que se incluyen también las normas relativas a los modos del culto, los criterios de la moral y de la vida, las cosas permitidas o prohibidas, las reglas separadoras entre el bien y el mal.
Pues nos hemos lucido. La OTAN hace el trabajo sucio y los integristas islámicos hacen las ganancias.
Supongo que el espíritu de Isabel de Castilla, llamada la católica, debió de estremecerse del enfado, por el interior de la catedral de Granada, donde está su tumba vacía, debido esto ultimo a que, nuestros ahora aliados, durante la Guerra de la Independencia, los franceses dieron prueba de su exquisitez abriendo su féretro y aventando sus cenizas. Y el motivo de su espiritual “cabreo” no será otro que el ver que nadie de sus sucesores le han tenido en cuenta sus consejos de estadista avezada que fue. Y eso a pesar de que de forma expresa, de su puño y letra, dejo escrito, en 1504, que en el futuro, para el bien de nuestro reino, lo que “teniase que facer” era “ la conquista de África haciendo la guerra a los infieles” . Pero se ve que Trini y Carme no han compredido el mandato real y se fueron hacer la guerra por Africa pero a favor de los infieles no contra los infieles, lo que es una sutil diferencia.
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