Las PIP y la Pepa

No seré yo quien diga que es una cuestión sin importancia esto de las PIP (Poly Implant Protheses) , nombre que reciben las prótesis mamarias que un listo  fabrico y vendió, otros más listos colocaron, a precio del oro, y unas féminas se dejaron colocar por puro ego en la mayoría de los casos. Sé que hay quien opina que las victimas de semejante estafa, cuyos flecos sanitarios están por ver, lo que ahora tienen es la penitencia de su pecado. Lo  que hace referencia al refrán “en el pecado lleva la penitencia” que significa hacer  algún acto que seguramente va en  perjuicio de su autor.

Si bien es cierto que opino que todo eso de las operaciones de estética tiene, en la mayoría de los casos, un trasfondo consumista, aunque en algún caso sean de agradecer como en el caso de María Teresa Fernández de la Vega, chica que es solo un día mayor que yo pero que, supongo por las cargas de su trabajo político, se había arrugado como una pasa.

Y por lo tanto si es cierto que se podría admitir que hay más que “pecado”  en la mayoría de esas operaciones de estética, donde la de reafirmación de los pechos es la más vendida, también pienso que “la penitencia” que tiene que ahora sufrir las víctimas de la estafa de las P.I.P. es excesiva y desproporcionada.

Siendo la suya, la de las víctimas, originalmente una acción más propia de una actitud egoísta e incluso poco solidaria, pues con los importes de lo gastado en tales operaciones seguramente se daría de comer a muchos millones de personas, es también  cierto que en alguno, no en todos,  de los casos detrás de tales operaciones hay mas “neuras” que necesidad, y que esas, que son consideradas por algunos como “las pecadoras”, tienen derecho a “pecar” con todas las garantías sanitarias que nuestro mundo moderno nos da. Además de que es proporcionado exigir que ya que pagas por un “producto” , el precio oscila entre 3500 a 5.500 euros por operación mamaria, que menos que los elementos en el usados sean de primera calidad y con todas las garantías.

El Sr. francés estafador fabricante de las P.I.P. tiene una elemental culpa por la que debería de pagar con la cárcel, pero no menos culpa tienen esos médicos que sabían de su poca fiabilidad, pues desde el 2004 había denuncias y advertencias sobre los dichos implantes, pero que las pusieron porque así ganaban más dinero pues por algo eran las más baratas. Y otro tanto ocurre con las autoridades sanitarias que vieron para otra parte y no sacaron del mercado las susodichas prótesis.

Ahora bien dicho lo anterior y sintiendo compresión hacia esas mujeres que han sido en definitiva víctimas de una estafa sanitaria, también siento que no me parece justo que se cargue sobre el sistema sanitario, ese que pagamos todos, las operaciones de extracción o sustitución de las referidas P.I.P. , por lo que en aquellos casos en que no exista síntomas de un daño directo, aunque sicológicamente sea necesario tener la seguridad de que no llevas dentro de tu cuerpo una amenaza, no parece justo cargar sobre el conjunto de los ciudadanos lo que fue en su origen, en la mayoría de los casos, un capricho personal.

Lo lógico es que como estafadas las victimas denuncien a los médicos, a los funcionarios públicos que estaban obligados a vigilar y no actuaron , a cualquiera que por activa o por pasiva tenga alguna relación con esta estafa, pero no parece justo que pidan que sea el estado el que les pague ahora la  extracción o sustitución de lo defectuoso.

Ahora bien en su particular “calvario” las victimas siguen siendo a su vez  motivo de aprovechamiento mercantil de ciertos médicos o clínicas de estética, en algún caso incluso los que fueron los colocadores son ahora los extractores, con lo que el negocio es doble. Y todo dentro de la legalidad, habiendo por medio contratos de antología  y seguros de responsabilidad civil por si algo falla o alguna reclama que en vez de subirle los senos se los bajaron o cosas por el estilo.

En esta sociedad nuestra es evidente existe una crisis de valores morales y ciudadanos.

Así el que  es víctima de este tipo de estafas no solo sufren en sus economías, alguna hay que incluso pidió un préstamo que no ha terminado de pagar, si no que son además consideradas culpables de su propia penitencia.  Esas cosas tienen mucho que ver el que los ciudadanos  somos considerados  como meros compradores o consumidores por los vendedores sin escrúpulos que se aprovechan de los vacios legales, que los políticos no llenan haciendo su trabajo de legislar , entre otras cosas porque solo piensan en nosotros cuando hay que votar y cuando tenemos que  pagarles  los impuestos para mantenerles el empleo, el coche oficial y en algun caso la querida, que seguramente se ha operado en la mejor clínica de estética, así como los demás vicios consustanciales con el cargo que han logrado en muchas ocasiones  con C.V. de risa.

Y ahora que esta de reformas el gobierno del Partido Popular habría que recordarle lo que decía el articulo trece de la Pepa, que va a cumplir dentro de unos días 200 años, por si lo quiere poner como lema en la entrada del Palacio de la Moncloa, que era exactamente esto :

“El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen.”

(Este post esta dedicado a una persona especial que tiene que el sabado pasar por el quirofano para que le extraigan las PIP . Un beso.)

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