Se atribuye al escritor y periodista español, nacido en Barcelona, Don Eugenio d´Ors la frase “los experimentos se hacen con gaseosa”, que pronunció cuando un camarero intentando abril una botella de cava la derramó de forma ostentosa debido a su impericia en el arte del descorche.
Y es que aprender el descorche usando gaseosa, producto barato a base de agua y bicarbonato, parece más lógico que usar un elaborado y más caro vino de cava, pues al ser ambos espumosos tienen iguales efectos a la hora de hacer prácticas en tal oficio.
Pues esa fórmula, la de hacer las prácticas sin riesgo y a bajo costo, ha sido adoptada por el acervo popular español y la ha usado en las recientes elecciones europeas cuando aquellos ciudadanos, que todavía creen en la democracia y están dispuestos a distraer un momento de su domingo, fueron a votar.
Se tiene, no sin cierta razón, la idea de que eso de votar a los parlamentarios europeos es algo así como usar gaseosa para aprender el arte del descorche. Siendo elecciones, se vota a los candidatos que ponen los partidos de aquí, pero las consecuencias para el ciudadano elector no son apreciables ni creen que le vayan a suponen un coste sobre sus condiciones como ciudadano de a pie.
Eso es así porque los ciudadanos saben que en las elecciones europeas no votan a los alcaldes, que le dan los servicios locales que reciben en sus calles, ni al gobierno autonómico, que les condiciona los servicios básicos transferidos por el Estado, ni al presidente de la nación, que marca las políticas generales. Nada de eso, piensa el ciudadano de a pie, va a resultar afectado por lo que se vote en las elecciones europeas.
Así pues, el ciudadano puede, sin consecuencias directas para él, dar su voto a quien se le antoje y normalmente lo hace como voto de castigo o simplemente para fastidiar. Y eso se hace de forma mayoritaria y con independencia de su pensamiento político.
Las estadísticas nos indican que en las últimas elecciones europeas votó solo el 41,73 por ciento de los ciudadanos con derecho a voto y eso quiere decir que la mayoría del pueblo español, esto es el 58,27 por ciento, se quedó en su casa o fue a votar en blanco o de modo nulo.
Está claro que no se puede extrapolar los resultados electorales europeos a las elecciones generales, ya no sólo porque en las europeas se dé el efecto de que “los experimentos se hacen con gaseosa”, referido anteriormente, sino porque, además, hemos de considerar que tradicionalmente los electores de izquierdas son ideológicamente más fieles y sacrificados que los electores de derechas, por lo tanto, todos aquellos que están dispuestos a votar a la izquierda, que en números redondos, son 2,5 millones de ciudadanos, han ido a votar en las elecciones europeas.
Una prueba de ésto la tenemos en la distribución de los votos en Cataluña, donde el partido nacionalista de izquierdas (ERC) aumentó su electorado en 96.559 votos, mientras el partido nacionalista de derechas (CIU) lo disminuyó en 564.688 votos.
Teniendo en consideración que el número real de personas en desempleo ronda los 6 millones de ciudadanos, es evidente que hay una población que sufre de modo directo la falta de dinero e incluso en muchos caso está pasando situaciones de carencia básica y por ello se suele, erróneamente desde mi punto de vista, pensar que ese número de personas vota, en general, a los partidos de izquierda.
La presencia o aparición de una alternativa electoral como PODEMOS, plataforma electoral que no partido, creada cuatro meses antes de las elecciones puede dar la impresión de que estoy errado en esta última opinión.
Un somero estudio sobre la creación, ideología y metas de dicha plataforma me lleva a pensar que el éxito electoral de la misma es un efecto claro de la fórmula “los experimentos se hacen con gaseosa” por parte de los electores. Y los números me dan la razón puesto que si sumamos los votos de la izquierda (PODEMOS + IZQUIERDA UNIDA) tenemos 1.875.019 votos que son 188.979 de más que los que tuvo en las elecciones generales la coalición de izquierdas de IU-LV – IZQUIERDA UNIDA-LOS VERDES: LA IZQUIERDA PLURAL.
No creo que los 188.989 votos de mas que han tenido las tendencias políticas de Izquierdas provengan de una toma de conciencia ideológica de estos nuevos votantes y sí del acierto de esta alternativa electoral que ha buscado estratégicamente un electorado joven, el cual está cansado de los políticos de siempre y desea caras nuevas que no estén en el lodo de la corrupción. En este sentido, se ha aprovechado el famoso Movimiento del 15-M, para encauzar a muchos indignados con una actividad política clasista y dividida entre los dos partidos mayoritarios y que resulta estéril para estos votantes.
Las elecciones europeas requieren una reflexión, no sólo sobre la aparición de PODEMOS, sino empezando por entender que la mayoría del electorado no se ha pronunciado en las urnas al quedarse en su casa.
Reflexionando: no se trata de abrazar las ideas de renovación a cualquier precio y, mucho menos, dando un cheque en blanco al populismo de los nuevos líderes de la izquierda, sino que se trata de seleccionar cuál de las alternativas de renovación merece tener el voto de sus ciudadanos, que le ponga el poder del Estado en sus manos, pues, sabido es, que el poder de estado se toma con relativa facilidad y se abandona a regañadientes y a veces a empujones.
En definitiva, los experimentos se hacen con gaseosa y no con cava.
0 Comentarios.