Después de su fracaso en Moscú, donde no fue recibido por nadie importante, lo cual es difícil de entender porque los rusos son esplendidos anfitriones, además de haber lugares de entretenimiento muy respetables, sino pregúnteselo a Matas.

Ahora el independentista  Arturo o Artur o Artus Mas, se va a ir a Bruselas a explicar, a quien quiera oírlo su idea o “lideira”, que diría mi tía Manola, sobre «el futuro de Cataluña en la UE».

Que Arturo es un perverso, esto es: aquel que corrompe las costumbres o el orden y estado habitual de las cosas, es evidente en la medida que pretende perturbar el orden o estado de la organización política de un territorio, perfectamente cartografiado, que se denomina Cataluña.

Claro que su charla o conferencia puede ser muy aburrida si no explica algunas de las cosas que son elementales en la conformación de un estado catalán independiente.

Lo primero que tendría que explicar, en la dicha conferencia o charla, es que dada la inevitable situación geográfica del susodicho territorio, esto es, existe al norte el Estado Francés o Francia, al Este tiene el Mar Mediterráneo y al Sur y al Oeste esta el Estado Español o España, tendría que atender tres fronteras y regular su acceso. Y regular las fronteras suponen establecer un régimen aduanero pues el actual dejaría de existir al no ser miembro de la Unión Europea. Algún independentista de pro ha dicho que harían al puerto de Barcelona, puerto franco (libre de impuestos aduaneros) lo que significa que los estados vecinos, Francia y España volvería a implantar los puestos de aduanas o alcalabas, que decían los árabes, que no son otra cosa que donde se paga el tributo o impuestos  por los géneros o mercancías que se pasan. Y claro esta y ya puestos se pondrían por los Estados limítrofes las tasas de aduanas  que le viniera en gana por los productos que se quisiera, con lo que producir en el Estado Catalán Independiente resultaría poco o nada competitivo al trasladar esos productos al mercado francés o español.

Y claro esta de paso explicar que ni el Servicio de Vigilancia Aduanera  Español ni la Guardia Civil protegerían las costas catalanas, lo que obligaría a crear un servicio policial de aduanas propio o correr el riesgo de que Cataluña fuera la puerta de entrada a todo tipo de contrabandos, lo que obligaría a los países limítrofes a reforzar todavía mas sus propias fronteras.

Lo segundo que tiene que explicar es como se va tomar la Unión Europea eso de la independencia de Cataluña, pues de entrada los tratados de la unión están ahí , como recientemente le ha recordado su socio Josep Antoni: “Catalunya podría verse fuera de la UE porque España podría vetar su admisión” .

Pero además como se podría llevar a Cataluña a la independencia cuando es una realidad estadística que no hay una gran mayoría de ciudadanos viviendo en Cataluña que deseen tal   independencia. Y además el crecimiento de la población en dicho territorio, según los modelos estadísticos elaborados por los propios servicios estadísticos del gobierno de Arturo,  se prevé que sean de una disminución de los catalanes de origen  y un aumento de los habitantes foráneos.

Hay algo que parece no entender Arturo y por lo tanto no lo dirá en su conferencia o charla de Bruselas y es que las elecciones son un “arma de doble filo” (las que se emplean para conseguir un fin y que puede tener el efecto contrario al que se pretende.) y por lo tanto su estrategia electoral independentista en búsqueda de esos cuatro parlamentarios catalanes que le permitan no depender de Alicia, la del P.P. , para la aprobación de los presupuesto y otras pequeñeces legislativas importantes, le puede salir al revés y en vez de ganar pierda apoyos en el parlamento catalán.

Si eso ocurriera, no seria de extrañar que Arturo tuviera los días contados en la política, pues su partido le buscaría un recambio por alguien mas moderado. Porque la perversión política, en la que Arturo es un maestro,  tiene esas cosas y como Saturno devora a sus hijos.