Dice el RAE que el olvido es el descuido de algo que se debía tenerse presente.
Y precisamente eso es lo que le ocurrió a Olvido, mujer adulta de buen ver, profesora de educación infantil, madre de dos hijos y todavía casada con un carpintero de un pueblo que se llama “los yeberes” , los montes en árabe, de apenas 6.400 habitantes , situado a 42 km al sur Toledo, por la carretera N-401.
Pues Olvido cometió el descuido de hacerse un video, al parecer masturbándose en la intimidad de su alcoba, para su marido, según la versión oficial, para su amante, según otras malas lenguas, donde se puede comprobar la buena forma física que mantiene, y luego no tubo presente que estas cosas, como las escopetas, las “carga el diablo” y pueden caer en manos malintencionadas y salir a la luz publica mediante cualquier red de difusión de las que hay en Internet.
Este ultimo hecho, el salir a la luz publica, es motivo de sanción penal porque rompe el derecho a la intimidad de la susodicha, por lo que parece lógica su denuncia ante la Guardia Civil de su pueblo, que esta en fase de investigación y que de momento ya tiene localizado el lugar desde donde se publico el susodicho video y procedido a el interrogatorio de un conocido de Olvido, al que la prensa ya ha calificado de “amigo intimo” de la chica que por despecho obro de forma delictiva.
Fuera el despecho del amigo o la venganza de la esposa del susodicho, según otras fuentes vecinales, lo cierto que sin el añadido de que la olvidadiza Olvido sea concejal de la oposición en el ayuntamiento de su pueblo, esta historia se esta convirtiendo en un “vodevil” , propio de la época victoriana donde verle el tobillo a una dama era motivo de escandalo.
Pienso que lo que debería hacer Olvido es simplemente aplicar el refrán castellano de que a lo hecho pecho, en este caso pechos, y sacar el video a la luz publica tal cual ella lo hizo, revindicar su derecho a tocarse sus partes como ella quiera y para quien quiera y punto.
Así nos evitaríamos el bochornoso espectáculo del otro Jueves entrando escoltada para asistir al pleno de ayuntamiento de su pueblo, donde dicen fue abucheada por algunas otras mujeres de su pueblo que le gritaron insultos como ‘puta’ y ‘zorra’. Pues ya lo dice el refrán “no hay que darle cuartos al pregonero” , salvo claro esta que los “cuartos” los quiera para ella y se haga una “tur” televisa para renovar su fondo de armario.
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