Leo en la prensa de esta mañana que los líderes políticos vuelven, como yo, al trabajo tal día como hoy, lunes 26, a cinco días de terminar el mes de Agosto. Y es que cada vez más temprano parece que el tiempo de veraneo llega a su fin antes, y no lo digo por la tormenta de rayos que acompañada de fuerte lluvia atravesó anoche Mallorca, porque eso es solo meteorología.
Acortar las vacaciones de verano, para mí una vieja costumbre, es algo que se ha convertido en una necesidad para muchos agobiados ciudadanos, que no son precisamente los políticos que ahora anuncia su anticipada reincorporación al trabajo.
Pues en tiempo de crisis, donde no abundan precisamente los dineros, finalizar el veraneo antes de fecha puede significar un ahorro medio de 300 euros por cabeza, según un estudio que he leído hace unos días, que ya son ganas o aburrimiento el hacer estudios sobre tales cosas.
Así que quiero pensar que lo que hace ahora Rajoy o Rubalcaba, y otros ilustres políticos, de adelantar el fin de las vacaciones, es con la intención de ahorrar, lógicamente ahorrar de los presupuestos públicos, porque de los propios no se gastan nada de nada.
Así pues volver al trabajo andes de que termine el mes de Agosto, mes del veraneo patrio, parece una buena medida en general, por razones obvias, pues además de evitar los atascos del retorno a las grandes ciudades, ahorrar un dinero, puede uno presumir de hacer lo mismo que los políticos de que es hacendoso y que regresa, a la maldición divina de ganarse el pan con sudor, con ánimo y dispuesto, aunque no se sepa muy bien a qué.
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