Entra en su tercera semana, creo que definitiva, el juicio penal que en Córdoba se sigue a José Bretón, un ex militar profesional español, al que se acusa de asesinar a sus dos hijos pequeños.
José niega los hechos, a pesar de las pruebas, y no da una explicación coherente de dónde están los niños cuya custodia compartía con su ex esposa Ruth, una joven veterinaria con la que se había casado en el año 2002.
El asesinato de un hijo por su padre o madre no es una figura extraña en la cultura Judeo Cristiana desde Abrahán, en la que, de vez en cuando, algún padre mataba a su hijo. Si bien, usualmente, aquel se solía suicidar a continuación, pero no deja de ser igualmente usual que el progenitor asesino sobreviva y niegue que tal cosa sucedió. El caso de Mónica Juanatey , la gallega que mató a su hijo en Menorca, ahogándolo en la bañera, sería un ejemplo más de ésto último.
¿Qué lleva a un padre o madre a tan execrable conducta?
Pienso, dejando a un lado los crímenes por compasión, como el que hace unos años cometió un padre gitano matando a su hijo drogadicto y enfermo de SIDA, y estoy convencido de ello, que en casos como el de Bretón o el de Mónica sólo se comprenden por una enajenación mental del autor.
Hemos visto y oído a Bretón decir hasta la saciedad que no mató a sus hijos y, lo cierto es que, yo creo que es sincero, no porque no los hubiera matado, que a todas luces así fue, sino porque él no es consciente de que tal cosa hubiera ocurrido.
El término consciencia, de origen latino, significa “conocimiento compartido” y José Bretón no comparte con el resto del mundo la realidad de lo ocurrido, simplemente porque en su particular e individual mente no tiene presente que tal hecho hubiera sucedido. Esta misma falta de consciencia es, la que en el caso de Mónica, son los diez minutos que dejó de recordar desde que su hijo entró en la bañera hasta que lo tiene en sus brazos ya muerto.
¿Mereces por ello José Breton una condena penal, que en el caso de Mónica ha sido de 20 años de prisión?
Personalmente creo que no, porque él seguirá considerándose víctima y no verdugo de sus hijos. Su castigo debería de ser otro, como ser internado en algún centro psiquiátrico con la única misión de que lograran hacerle comprender que es el asesino de sus propios hijos a los que quería tanto, porque, seguramente, cuando tomara conciencia de tal horrendo crimen, pediría a gritos que lo volvieran otra vez loco.
No puedo hablar del caso de José Bretón, pero si del de Mónica Juanatey, y tengo que decirle que no estoy de acuerdo en absoluto con lo que comenta sobre esa supuesta falta de consciencia mientras asesinaba a su hijo. Sinceramente, la he conocido lo bastante para poder afirmar que no sólo era consciente de matar al pequeño, sino que estoy convencida de que lo hizo con total premeditación, ya que de otro modo no se explica la espiral de mentiras, engaños o como usted prefiera llamarlos en la que involucró a todas las personas que queríamos y nos preocupábamos por César para evitar que pudiéramos contactar con él de alguna manera. No nos dejó ninguna alternativa, ya que, a mi entender ella ya estaba más que decidida a hacer la barbaridad que hizo, le aseguro que si alguno de nosotros hubiera sospechado lo que le iba a hacer, la historia sería bien distinta… Sinceramente, creo que le ha tomado el pelo de mala manera a su abogado defensor, como lo hizo durante muuchos años con todos los que estuvimos a su alrededor, haciéndole creer que fue un ataque de locura, cuando en realidad ya lo tenía todo planeado de antemano. En fin, disculpe mi intromisión, pero comprenda que es triste saber que una persona así nos ha podido engañar durante tantos años, de forma premeditada, enredándonos a todos en una espiral de mentiras que ha tenido como final acabar con la vida del pobre César, un niño al que muchos queríamos, al que vinos crecer y por el que nos preocupábamos, y al que, de haber intuído que las mentiras de su madre podrían ser algo más que mentiras, hubiéramos tratado de defender y proteger por todos los medios, pero no lo trate como un simple ataque de locura, haga el favor, cuando hay más que indicios de que Monica hizo ésta barbaridad con premeditación, sabiendo a ciencia cierta que con la red de mentiras que había tejido en los meses precedentes, ninguno de los allegados podríamos hacer nada por salvar a César… no fue un ataque de locura, a mi entender es una psicópata que tejió con antelación y podría añadir alevosía el modo para deshacerse de su hijo y tratar empezar una vida sin él…