En nuestro acervo cultural hemos entendido la expresión “un cuento chino” como equivalente a una historia increíble, llena de falsedades y embaucadora que se creen solo los cándidos e inexpertos. Ahora que los chinos se han puesto de moda de modo que te los encuentras en cualquier esquina con un baratillo o quincalla, pronto igualmente habrá un bar de chinos en cualquier esquina pues en ese sector han puesto ahora sus miras., creo que es el momento de contarles lo que alguno parecerá un autentico cuento chino, pero que me temo es una autentica realidad.
Lo chinos son gentes ordenadas y cumplidoras, que pagan al contado y que trabajan de sol a sol con una sonrisa en su cara, como si de un tic se tratara.
Ahora hasta el ínclito ZP se ha enamorado de los chinos, que lo trataron como un rey en su último viaje por sus lares, dándose eso que gusta tanto a los que están en el poder y que se llama un “baño de multitudes” .
Tradicionalmente los chinos han vivido de espaldas a el resto del mundo, ya he referido aquí la historia de porque los chinos habiendo descubierto el continente americano antes que Colom no se llevaron la fama, la gloria y las utilidades que tal descubrimiento conllevo.
Pero ahora los chinos se han convertido en el amigo amable que presta dinero a todo gobierno en dificultades para colocar su «deuda pública » , que no es otra cosa que una forma de obtener recursos financieros por parte de los políticos en el poder para gastárselos normalmente en el llamado “gasto publico” .
Dos son las cuestiones que lógicamente uno tiene que plantearse ante unos chinos tan generosos, la primera de dónde sacan todo ese dinero que prestan y la segunda porque lo prestan tan generosamente.
Los economistas, que como los curas gustan poner epítetos poco claros a las cosas corrientes, dicen que el origen del dinero chino esta en el “Dumping social” que definen como “consiste en la consecución de bajos precios por parte de algunos productores gracias a que se favorecen de una legislación laboral poco exigente” .
Amnistía internacional, va un poco más allá y explica en un informe al respecto lo siguiente:
«El llamado ‘milagro’ económico de China surge a un terrible costo humano – los inmigrantes rurales que viven en las ciudades experimentan los peores abusos en su lugar de trabajo,”
«Están forzados a trabajar largas horas por encima del horario establecido, el tiempo libre a menudo les es negado aun cuando están enfermos, los salarios son ínfimos y el trabajo se realiza bajo penosas y riesgosas condiciones.»
“Los gerentes a menudo se quedan con el sueldo de 2-3 meses de trabajo y pagan a los trabajadores con ese atraso para impedirles marcharse. Los trabajadores inmigrantes encuentran que si se marchan pierden lo que les deben. Además, se les niega el realizar contratos de trabajo con sus patrones, dejándolos sin ningún derecho legal sobre el dinero.”
“el Sr. Xu Beifang, un abogado que fue condenado a cuatro años en un campo de trabajos forzados por defender los derechos de los trabajadores chinos.”
Conclusión: el dinero que los chinos prestan al resto del mundo sale de la explotación laboral de los chinos por parte del gobierno chino que ocupa el partido comunista desde hace 61 años.
Y en cuanto al porque los chinos prestan el dinero de modo tan generoso a los gobiernos occidentales, dejare que se lo explique Julián Pavón Morote, Catedrático-Director de CEPADE Universidad Politécnica de Madrid, en este video.
Conclusión: los chinos nos están controlando nuestra economía por medio de su dinero.
Y lo que es peor, la única fórmula que los socialistas han encontrado a nuestra situación económica de cinco millones de parados, el 40 por ciento de los jóvenes están en paro, es utilizar el dinero de los chinos para dar subsidios a los parados, que son en su mayoría parte de sus votantes, en vez de hacer lo contrario, esto es dar incentivos para la contratación y para la creación de empleos a los empresarios.
Ante este panorama creo que lo mejor que puedo hacer es, en cuanto mi hijo me dé nietos, recomendarles que de modo completarío estudien chino y que se aprendan el Corán, pues ambos serán elementos culturales básicos de supervivencia en lo que nos queda de siglo.
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