Me resulta difícil hablar con claridad de lo que está pasando en Venezuela, país donde viví y donde tengo algún vínculo familiar. Con todas la reservas y con la información que tenemos parece ser que su “amado” presidente Hugo Chavez , está todavía vivo o mantenido vivo gracia a la tecnología médica cubana, ciertamente de lo mejor en el mundo.
El próximo día 10 vence el plazo de ocupación legítima del poder por el relegido presidente Chavez y según su constitución debe de presentarse ante la Asamblea Nacional, cámara de representantes elegidos también como el en las pasada elecciones, y juramentar el nuevo periodo de mandato.
Si no hace así, hay quien dice que entonces no podría seguir como presidente de la nación y se debería de volver hacer nuevas elecciones mientras el presidente de la Asamblea Nacional asumiría la presidencia de la nación, que lógicamente también es del mismo partido que el enfermo presidente.
Lo primero que uno se pregunta ante esta situación es si realmente es importante o no la fecha del próximo día 10 y qué efectos tiene que no se cumplimente.
Pues la lectura del artículo 231 de su Constitución dice:
“El candidato elegido o candidata elegida tomará posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el diez de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia.”
Y el sentido propio de la palabras es indiciario de que es un plazo que en técnica jurídica se denomina “plazo fatal” , esto es que su incumpliendo supone necesariamente un efecto irreversible.
Ahora bien ¿cuál es el efecto irreversible que supone el incumplimiento del plazo?
Pues nada dice la constitución sobre los efectos del dicho incumplimiento y por lo tanto el plazo queda en un simple formulismo.
El silencio del candidato opositor a Chavez, Capriles es significativo puesto que si el plazo fuera con efectos fatales a él le correspondería reclamarlo, así pues hemos de esperar a ver que dice después del día 10. Pienso que le conviene estar callado y observar como los chavistas resuelven el tema, pues es muy importante saber si alguno se atreve a enfrentarse al “delfin” de moribundo presidente.
En un país dividido entre chavistas y antichavistas, donde las tiendas no tiene suministros regulares, no es bueno levantar de momento la cabeza mientras la maquina no diga que la lectura del celebro del líder carismático es plana.
Así pues el ex conductor de autobuses, actual vicepresidente Maduro, y el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, ex teniente golpista, que participó, junto Hugo Chávez, en el intento de golpe de estado contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez, tienen que decidir qué hacer ,con ese invento socialista que es el chavismo, sin chavez, pues la difícil decisión de desenchufarlo de la máquina que lo mantiene vivo le corresponde a su hija mayor Rosa Virginia.
Contrariamente a los rumores que correr sobre la unidad del equipo político del presidente Chávez, pienso que Maduro y Cabello estarán unidos, hermanados más que nunca pues no tienen intereses divergentes, sobretodo considero que Cabello, que es inmensamente rico, con sus dineros a buen recaudo en el extranjero, no ambiciona ser el número uno del chavismo y Maduro lo será por mera lealtad a la memoria del próximo difunto líder.
Dejar que el chavismo resuelva la papeleta y seguir minando la credibilidad del mismo entre el pueblo que lo ha votado, debe ser la opción inteligente de Capriles, que es joven y con futuro político.
Y el resto a esperar la decisión de Rosa Virginia.
En estos momentos se podría decir: Venezuela, ¿ capital?. La Habana…