Al nuevo y flamante ministro de Justicia Don Alberto siempre la ha gustado jugar a ser el “Infant Terrible” del Partido Popular y hace travesuras emulando al personaje de la tira cómica que creara el dibujante norteamericano Hank Ketcham que por cierto fue también el creador del “pájaro loco” con el que me solía comerme los bocadillos de chocolate que me hacia mi madre para merendar mientras lo veía en una televisión en blanco y negro en nuestra casa de Maracay en la Venezuela de Rómulo Betancourt.
Ahora como quien no quiere la cosa va Don Alberto y saca lo del matrimonio homosexual poniendo en tela de juicio su inconstitucionalidad y de paso obligando a sus compañeros de consejo de ministro a tranquilizar a sus votantes diciendo que el Partido Popular no ha cambiado de chaqueta que no sigue con sus idea de que el matrimonio es inconstitucional y que esta a la espera de que el Tribunal Constitucional le resuelva el recurso en su día interpuesto, que es algo así como esperar que un banco te preste dinero para el circulante de tu empresa, o sea, es algo que se espera pero que nunca llega.
Creo que Don Alberto debería de dejar de jugar a ser “progue” de derechas y dedicarse a mandar elaborar, tampoco espero que se ponga personalmente en el tajo a escribirla, una ley que resuelva ese tema semántico del matrimonio homosexual. Porque a esta altura el pueblo español ya esta mas que concienciado de que la unión de convivencia de dos o mas personas de un mismo sexo debe de ser regulada, estableciéndose las obligaciones y derechos de los convivientes, como el deber de ayuda mutua, la herencia, la formalización o la rotura de la unión , etc., etc. etc.
Que tal cosa o institución legal se le debe de llamar matrimonio pues sinceramente pienso que no es correcto, no por su contenido que puede ser el mismo si no por su origen o semántica, pues “matrimonio” es un termino que señala la existencia de una madre que procrea y que debe de ser protegida legalmente. (La expresión «matris munium» proveniente de dos palabras del latín: la primera «matris», que significa «madre» y, la segunda, «munium», «gravamen o cuidado», viniendo a significar «cuidado de la madre») .
¿Que cuesta hacer una modificación de nuestro Código Civil , copia del código Napoleónico, e introducir la institución jurídica de la unión de convivencia, señalando como una de ellas el matrimonio o unión de convivencia entre dos personal de sexo distinto y la unión de convivencia entre personas del mismo sexo o incluso bisexuales. ?
Pues pienso que es la simple tarea de hacer un perfecto “encaje de bolillos” de textos legales, pues tenemos gentes mas que preparadas para tal labor legislativa, vamos de sobra. Asi todos contentos, los puristas que quieren que el matrimonio solo sea el nombre de la unión de dos de sexo distinto y los mas sexualmente avanzados que quiere una cobertura o protección legal para sus uniones de convivencia.
Asi que Don Alberto debía de pensar, en su ambición natural por llegar a la Moncloa, que bonito quedaría la “Ley Gallardon de las uniones de convivencia” en los anales del Derecho Civil. Y ya puesto también debería de ocuparse de que haya más jueces, secretarios y funcionarios en la administración de Justicia. Y puesto a pedir, que tal si modifica la Ley de enjuiciamiento Penal, para evitar las filtraciones de los sumarios, y además….
Bueno si, que deje de jugar a ser “Daniel el travieso” , que ya esta grandecito para tales cosas.
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