La esperanza es una «virtud que capacita al hombre para tener confianza y plena certeza de conseguir algo”, decía Tomas de Aquino aunque otros dicen que es lo que contenía la caja de pandora junto a todos los demás males que aterran al hombre.
Esperar supone tener confianza de que alguna cosa solucionara nuestros males aunque esta nos este oculte en un primer momento.
En política, en la política nacional, la cosa de las elecciones generales, esas que ponen y quitan gobiernos en la cosa pública que es el Estado, se presentan más que negra para el Partido Popular dada la poca gracia y la mucha soberbia que luce el actual candidato, mi paisano Mariano.
Pocos analistas, más bien ninguno, aventura que se vuelva a repetir la mayoría absoluta que actualmente tiene, conseguida en parte por presentarse como alternativa de esperanza ante una crisis económica que no supo manejar el gobierno de ZP. Y eso de la mayoría suficiente para gobernar, que es una entelequia, supone pactar con los catalanistas de Arturo, que es por cierto un líder políticamente muy mal valorado por los votantes del Partido Popular.
Mal lo tiene Mariano para repetir y mal lo tiene el Partido Popular si no es capaz de quitarse a Mariano de candidato.
Los otros, estos son los socialistas, aventuran que podrán sacar un líder en las primarias del año que viene, salvo que se suiciden políticamente y mantengan a Pérez en tal tesitura, la renovación del socialismo, que solo puede venir por el lado femenino y por lo tanto se llamara Carmen o Susana.
Y frente a una mujer candidato por el lado de los socialistas el partido popular, si quiere seguir en el poder, solo puede presentar otra. Pues presentar a Mariano frente a una mujer seria apostar a perder.
Y está claro que dentro del partido popular la única esperanza que les queda es presentar a una candidata que genere esperanza al castigado electorado, así que a falta de una Isabel de Castilla, solo les queda Esperanza.
Y si no lo ven, pues perderán las elecciones y tendremos nueva era socialista, con un nuevo presidente idiota. Admito apuestas.