En estos días en que la crisis llena los comedores de la beneficencia, en que la población obrera llega cerca de los seis millones de parados y en que por fin se reconoces que hay una profunda crisis económica para la mayoría de las gentes que habitan esta nación, pues no todos tienen crisis y algunos incluso recogen beneficios.
Pues en esto días de dificultad económica ha llamado mi atención el como de forma sutil, esto es tenue, delgada y silenciosa, cada día se pone un granito mas en el cambio de cultura e incluso de civilización que va ocurrir para finales de este siglo, a todas luces, en nuestra Europa occidental.
Uso el término civilización en el sentido de una entidad cultural que aglutina con un sentido mas o menos consciente, una identidad propia de unidad, aunque agrupe en su seno a varias naciones y pueblos distintos.
El origen de Europa esta en la amalgama que se produce entre los pueblos del norte, llamados barbaros, con los pueblos del sur, el llamado imperio romano. Todo ello lubricado por el espíritu de las religiones cristianas, el derecho romano y las ideas políticas de la igualdad, democracia y unidad de mercado. Nuestra actual Europa es el resultado de la simbólica maceración de todos esos elementos durante los últimos cinco siglos y medio si contamos desde 1453, en que fue la caída de la ciudad de Constantinopla en manos de los turcos otomanos.
He escrito en alguna ocasión en este blog sobre la importancia que tiene la maternidad, en el origen cultural de los individuos que luego adquiere una transcendencia política en el sistema electoral, creo que lo referí la ultima vez cuando comente acerca del fenómeno , que algunos estudiosos de demografía pronostican , sobre que “Si los vientres de las madres que paren en el territorio catalán son en su mayoría de mujeres foráneas, la cultura catalana ira descendiendo necesariamente y con ella las tendencias electorales nacionalistas.”. (Ver “Mas: él se lo guisa él se lo come” http://www.eugeniodelacruz.com/?p=1709 )
Y en ese mismo sentido quiero ahora volver a recordar que tal fenómeno tiene singular y transcendente importancia cuando las mujeres que paren tienen un elemento cultural común cual es la religión que practican.
Recientemente los sesudos miembros del Sínodo para la “Nueva Evangelización” que se ha celebrado en el Vaticano, obispos y expertos de todo el mundo, discutieron sobre como revitalizar la fe cristiana y como frenar la secularización. Que es algo muy lógico dentro del marketing de la Iglesia Católica, que lleva 2000 años presente en nuestro mundo civilizado.
Y curiosamente la preocupación de los allí reunidos no fue, como ocurrió en 1968 en el Concilio Vaticano II , las estadísticas referentes a extensísimas regiones, especialmente de la América Latina, y otras regiones, donde estaban apareciendo nuevas religiones que junto a la crisis de vocaciones sacerdotales podía suponer un riesgo de regresión la implantación de su Iglesia Católica.
En esta ocasión un cierto grupo de cardenales, armados de un video, llamaron la atención de sus colegas sobre un fenómeno que esta directamente relacionado con lo que yo he dicho antes sobre el poderoso pero sutil fenómeno de la maternidad tiene en un determinado territorio.
La versión en español de ese video es esta, véala con calma y con mucha atención:
Es curioso que la ciencia estadística moderna nos esté advirtiendo de algo que ya estaba en la mente de Isabel I de Castilla cuando dicta su testamento el 23 de noviembre de 1504, nos advierte de que, para preservar nuestra civilización, hay que seguir haciendo la guerra a los infieles conquistando África.
La transformación de nuestro estilo de vida actual necesariamente se producirá por la evidente “musulmanizacion” que se esta produciendo y al que no le estamos dando la importancia que realmente tiene.
Y en tal sentido recordare que con la caída de la ciudad de Constantinopla se considera que termina la mas grande de las civilizaciones hasta ahora conocida, el imperio Romano, y la hasta aquel entonces inexpugnable fortaleza que era Constantinopla, cayo porque alguien dejo durante la madrugada la puerta de la muralla noroeste (la Kerkaporta) abierta, puerta que por cierto correspondía al barrio de la población de origen otomano que en un 40 por ciento ya constituía parte de la población de la ciudad.