Esta tarde salí con la idea de hacer algunos recados por el centro de Palma, lo cual no me resulta nada costoso de hacer pues no tengo que aparcar el coche, lo que suele ser un problema irresoluble en esa zona, no tengo que coger un abarrotado autobús, ni un taxi. Solo tengo que salir a la calle por el portal de mi casa, que alguna ventaja tendría que tener de vivir en el centro de la ciudad.
Comencé circulando por la calle San Miguel, que tome a la altura de la Iglesia que le da nombre , donde se venera al imagen de la patrona de Palma , a La Mare de Déu de la Salut , una imagen siciliana de 1229, llegué a la Plaza Mayor, con arquitectura semejante a la de Madrid, pero mas pequeña y sencilla. El espacio que ocupa la Plaza Mayor de Palma de Mallorca es el del antiguo convento de San Felipe Neri y algunas casas vecinas. Hasta el año 1823 la Plaza fue sede de la Inquisición.
Bajando por la calle Jaime II me llegue hasta el edificios de correos, pues tenía que recoger un libro escrito hace 40 años, por la anarquista catalana Eva Foster , que fuera esposa del activista vasco y dramaturgo madrileño Alfonso Sastre . Un prolifero autor cuya militancia política activa lo ha llevado a ser un desconocido entre la progresía burguesa actual.
El título del libro “los nuevos cubanos, la vida en una granja del pueblo“ , que al ser editado en el 2007, el mismo año de la muerte de su autora, se convierte en un trabajo de antropología social de autentica reliquia , según una reseña que he leído, comparable a las obras , de esa misma época , de fama como “una aldea de la china popular” de Jan Myrdal ( 1963) y “los hijos de Sánchez” de Oscar Lewis (1961) .
Sobre el contenido del libro ya comentare cuando lo haya leído, que no sé cuándo será pues tengo ahora mismo cola de obras pendientes de leer, pues a lo contrario que hace mi prima Carmen Virginia, que es capaz de leer con aprovechamiento hasta cuatro obras de forma simultánea, yo solo alcanzo a leer una .
Al salir de correo, donde tuve que esperar como 45 minutos de cola, eso si cómodamente sentado gracias al sistema electrónico ( donde coges un numerito y espera a que la pizarra electrónica te indique a que mesa o mostrador ir) , me encontré un poco más abajo con una manifestación de la Central General de Trabajadores (CGT) , que frente al edificio de la delegación del gobierno central, antes palacio del gobernador civil, y en cuya puerta cerrada estaban dos guardias civiles, que contemplaban a los poco mas de 30 manifestantes con cara de aburrimiento. Según pude ver la manifestación era contra la reforma laboral y pidiendo la huelga general. No muy lejos una furgoneta de la Policía Nacional y un coche de la policía municipal, vigilaban, supuestamente a los manifestantes. No pude ver ningún fotógrafo ni cámara de video, vamos ni de los propios manifestantes, así que me imagino que el acto pasara con más penas que glorías a la historia del anarco sindicalismo balear.
Así que con el libro de una afamada anarquista bajo el brazo atravesé una ridícula manifestación anarco-sindicalista para alcanzar el paseo del born, donde en otra época dicen que se uso por primera vez un artilugio similar a la guillotina, que como fue en 1742 no se llamaba todavía guillotina, para ajusticiar por cuenta y orden de la inquisicion, al teniente del regimiento de Oran Don Manuel Bustillos , por el innoble delito de haber entrado en un convento de monjas, raptar a una y comerte con ella adulterio, esto es mantener con ella “ayuntamiento carnal voluntario” (RAE) , eso al menos cuenta en su ensayo histórico toponímico sobre la ciudad de Palma (1989) Don Diego Zaporteza y Musoles, que por cierto no dice que la susodicha fuera muerta con lo que la desproporción entre la pena y el delito es evidente.
Gire hacia la derecha y fui a recoger unos pantalones a los grandes almacenes C&A; , que estaban llenos de gente por aquello de las rebajas. Eso de las rebajas debe ser como algo adictivo a lo que no puede escapar nadie, porque lo suyo es que dada la actual situación de crisis la gente no comprara nada más que lo estrictamente necesario. Y no es que esto de las rebajas no sea vicio o enfermedad, que lo es, pero se podria justificar el alboroto que se forma si fuera propio de gentes con pocos recursos en la búsqueda de mejor precio para artículos necesarios,pere no ocurre es todo lo contrario, cuanto mayor dinero se tiene más se va de rebajas.
Recuerdo que en el Juicio que con ocasión de un chantaje que se le hizo a “la Paca”, conocida traficante de drogas de Palma, el fiscal le pregunto si el dinero que había entregado al policía chantajista en el despacho de su novia, abogada y cómplice, lo había trasportado en las grandes bolsas, que según el informe de los policías que vigilaban el lugar, trajo a la reunión. Con el desparpajo que le caracteriza “la Paca” , negó tal circunstancia y añadió que las bolsas correspondían a las compras realizadas en una tienda cercana al lugar del encuentro, que había realizado porque estaban en rebajas. Tal hecho, que fuentes conocedoras del caso me han asegurado era autentico, solo podemos atribuirlo algún tipo de trastorno de la conducta pues vean en video del registro de la policía de la zona donde tenía la caseta el perro de la Paca.
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Así que después de recoger los pantalones y siguiendo el cauce de la hoy enterrada riera me llegue hasta la plaza del mercado, donde, por cierto, ya no se hace el mercado y donde se encuentra, adosada a la pared de la iglesia de San Nicolás, la piedra donde dicen espero Santa Catalina Thomas las noticias de si era o no admitida en el cercano convento de la magdalena, algo que no era fácil en la época, pues los conventos son pobres y no pueden facilitar la entrada a nadie sin dote. Al final entro en el convento y allí sigue, pues si bien murió en 1574 , el cuerpo de Catalina Thomás se ha conservado incorrupto desde entonces y allí se puede ver en un lateral de la iglesia del convento.
Debajo de los grandes árboles que llenan la plaza me senté a contemplar la gente pasar, afición que comparto con Omaba, si bien según leí el otro día a él le gusta hacerlo atreves de los cristales de un hamburguesería. Algún otro día me parare a contar la de cosas que compartimos Omaba y yo.
Por la acera del “Gran Hotel” obra del catalán Gaudi, frente al edificio de la Audiencia, que ya se usaba para esos menesteres de la justicia en tiempo de los Árabes, me dirigí hacia el teatro principal en cuyas puertas se amontonaba un inusual grupo de gente para entrar. Recordé que el bueno de Gaudi ,que compartía con Catalina Thomas el fervor religioso, de joven frecuentaba la asistencia al teatro y a la ópera, y que pasó en su vejez a la más estricta sencillez, comiendo con frugalidad, vistiendo trajes viejos y gastados, con un aspecto descuidado, tanto que a veces lo tomaban por mendigo.
Por la cuesta de la pols , a espaldas de la iglesia de San Miguel volví a la parte alta de la ciudad y cerré el recorrido que había comenzado dos horas antes.