En Palma de Mallorca existe una calle que se denomina “31 de Diciembre” . Recuerdo que recién llegado a esta ciudad me llamo la atención que se pudiera dedicar el nombre de una calle a una fecha tan popular como el fin del año. No tarde mucho en descubrir que lo que celebraba la dicha calle no era el final del año si no todo lo contrario: el inicio de la ocupación por las huestes, catalano- aragonesas de Jaime I de la ciudad de “Madina Mayurqa”.
En la tarde del día 30, según publica la prensa local, hubo una manifestación en la calle de los Olmos, en donde no hace mucho hubo otras a favor de los Sahaudies reprimidos por las huestes del Rey marroquí, a favor de la independencia de los países catalanes, incluyendo a las Islas Baleares en ese concepto de país de cultura y habla catalana.
Los países catalanes son sin duda una entelequia, esto es una cosa irreal, cuyo origen está es un movimiento político que defiende el carácter nación en una serie de territorios en los cuales se habla el catalán.
Pero igual que a Mario Conde le ha sido muy beneficioso la existencia de los “intangibles” , a un grupo de seudo políticos de la más diversa “estopa” le ha resultado muy beneficioso el arrimarse a la sombra beneficiosa del nacionalismo, creando una ideología, que se sustenta en sus propias palabras, cuya base fundamental es que la existencia de una particularidad lingüística, el catalán, da derecho a tener una nación propia, esto es un estado propio en un determinado territorio.
De nada importa que el territorio que se reivindica como autóctono, este ya bajo la administración de cuatro estados, de que la mayoría de la población que existe en dichos territorios no habla la dicha lengua y que no exista una identidad étnica entre los pobladores de los ambicionados territorios.
Los inventores de la idea saben que esos son elementos básicos para que se pueda hablar de la existencia de un pueblo con identidad propia, pero eso no les importa, porque su objetivo no es otro que mantener la base irracional de un gran negocio: el ser nacionalista.
Y por eso se falsifica la historia y se convierte a un rey Aragonés, Jaime I, en el héroe que inicio la reconquista de los territorios “sustraídos” a la nación catalana. De nada sirve el que la realidad diga que jamás por la mente del joven y fogoso rey aragonés paso semejante idea, además de que la “conquista de Mallorca” fue un negocio, del tipo pelotazo que un armador, Pere Martell Conde de Salsas y marino experto, le propuso durante una cena al joven Rey de Aragón, así le hizo ver las ventajas que para la religión, el comercio y la marina representarían la conquista de las Baleares. Y como tal “negocio” fue planteada y ejecutada la aventura, que luego de rubricarse ante notario, fue llamada “reconquista” . Y la prueba más evidente de esto la tenemos en el “Llibre del Repartiment” donde en cumplimiento de los pactos del negocio, el rey entrego los territorios conquistados.
Ni fue, ni quiso ser Jaime I , el iniciador , a modo de Don Pelayo, de la reconquista de los territorios que constituyen el ideario del territorio político de los catalanistas que sueñan con la nación catalana, bajo la bandera de los inesistenten países catalanes.
Por eso que el 31 de diciembre, no puede ser tomada como una efemérides política para solicitar entelequias nacionalistas. Lo único que se puede hacer en conmemoración de la fecha en que las fuerzas reunidas por Jaime I tomaron al asalto la ciudad, el 31 de diciembre de 1229, es recordar a los 25.000 habitantes de la misma, que según las últimas fuentes históricas han establecido, perdieron la vida como consecuencia de aquel negocio que se idealizo en la sobremesa de una cena realizada en 1227 con ocasión de una visita real a Tarragona.
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